miércoles, 27 de agosto de 2008

Las Ollas De Barro Y La Pobreza


GIOVANNY SEVILLA
TRABAJO SOCIAL

La agitación y las dificultades que afectan a este sector es grande. Sin embargo parece ser el más problemático porque la pobreza en la que están los artesanos que hacen este tipo de productos es tan grande que se les hace imposible desarrollarse, empresarialmente hablando.

Al no tener un capital permanente de trabajo, los miles de artesanos que hay, muchas veces tienen que prestarle dinero a los comercializadores para hacer sus productos y eso los condiciona porque los primeros les imponen el precio en que quieren comprarles el producto como forma de compensación al pago de intereses.

Antonio Ruiz artesano de san Juan de oriente ha prestado dinero durante los últimos años, porque en ocasiones no tiene ni para comer, según sostiene. Los paga haciendo ollas, cómales, tinajas, maceteras y alcancías y un sin número de artículos de barro. Todo para poder comer.

La última producción, que fue hecha por encargo consistió en un juego de ollas de cuatro tamaños diferentes que las dio a 20 córdobas. Este mismo juego fue vendido en 80 córdobas en el Mercado Oriental.

Y como no tiene especificado los costos de producción porque sólo le interesa sobrevivir no sabe que ganó menos de cinco córdobas por juego y que el comercializador 400 por ciento más que ella.

Según cálculos hechos para elaborar 10 ollas medianas, cada artesano gasta un promedio de 40 córdobas en materia prima. Ocho córdobas en un quintal de barro, 6.60 córdobas para la arena que necesita, 10 córdobas para la cantidad de barro rojo y 10 córdobas para el manojo de leña con el que quemará la pieza para darle el acabado final.

Aunque no se incluye la pérdida que pueda tener si una pieza se quiebra o se quema. Tampoco se incluye el 30 por ciento de materia prima que tienen que desechar siempre debido a la basura e imperfecciones.

Esto da un costo de 40 córdobas por las 10 piezas, lo que significa que, cada pieza terminada cuesta cuatro córdobas en promedio. Se vende en un promedio de cinco córdobas con cincuenta centavos, por lo que la ganancia de promedio es de 1.50 córdobas, sin incluir el pago de mano de obra que lo hacen ellos.

Esta pieza es comprada por los vendedores que salen de cada comarca o lugar donde se fabrican los productos rumbo a la capital y es revendida a los comerciantes del Mercado Oriental en un precio promedio de 14 córdobas. Estos la venden en promedio a 27.5 córdobas cada una.

Es decir que quien hizo la pieza ganó 37.5 por ciento sobre el producto, quien la compró ganó el 154 por ciento sobre el precio de compra y el que la vendió en el mercado se ganó el 96 por ciento sobre el precio de compra.

Al final la pieza que los artesanos vendieron en 5.50 córdobas, es comercializada en Managua a 27.50 córdobas, es decir 400 por ciento más cara.


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