Giovanny Sevilla
Trabajo social
El fenómeno de la emigración de nicaragüenses y el impacto de las remesas en la economía familiar, popular y nacional, no ha sido, a mi juicio, suficientemente valorado en su verdadera dimensión por la sociedad y las instituciones del estado. Inclusive, hay muchas divergencias en las cifras del BCN, empresas encuestadoras e investigadores particulares sobre este tema.
Según algunos datos públicos, se estima una población de unos 800 mil nicaragüenses radicados en el exterior, una mayoría establecidos en Costa Rica, en segundo lugar en los Estados Unidos y, el resto, disperso en otros países centroamericanos y Canadá y España.
Por otro lado, es frecuente escuchar que la mayor oleada de emigrantes se dio en la década de los 80, como producto de la guerra desatada en el país, sin embargo, algunas cifras apuntan a un masivo éxodo a partir de los 90 y hasta la fecha, representando un 65 % de todo el flujo migratorio en este periodo, coincidiendo con el renacimiento de gobiernos neoliberales.
Los datos que circulan en el público muestran que más del 70 % de los nicaragüenses tenemos, por lo menos, un familiar en el extranjero y el 40 % recibimos un promedio de US $ 1,450 dólares cada año, producto de las remesas familiares contabilizadas. Aquí no se registran las encomiendas en especie (ropa, zapatos, cosméticos, electrodomésticos, etc.) y dinero en efectivo que otros familiares o amigos nos traen en sus frecuentes y nostálgicos viajes a su querido terruño.